Cuenta sin comisiones y te siguen cobrando, sí es posible
Tengo una
cuenta sin comisiones, pero el banco me sigue cobrando, ¿por qué?
Las cuentas sin comisiones son uno de los principales
reclamos de los bancos para conseguir nuevos clientes. Las entidades suelen
prometer estos productos a cambio de que el cliente se comprometa a cumplir
unos requisitos. Así, en un principio, salen ganando las dos partes.
Pero lo que muchas veces no se sabe es que, a pesar de que hayamos
contratado una cuenta sin comisiones, de los únicos gastos que podremos
librarnos serán los que se desprenden de la operativa habitual (comisión de
mantenimiento, de administración, por realizar transferencias y por ingresar
cheques). Pero lo que muchas entidades no cuentan es que hay muchas otras
comisiones que el cliente sí tendrá que abonar.
3 comisiones
que no podremos evitar
Existen muchas situaciones (mucho más comunes de lo que
creemos) por las que el banco nos podría cobrar. Uno de los costes más
habituales y, a su vez, más caros es el de entrar en descubierto. Los
descuidos se pagan. Según cálculos del comparador de productos financieros
HelpMyCash.com, por un descubierto de cinco euros podemos acabar pagando más de
50 euros en comisiones.
Otro de los gastos más comunes y que supone varias decenas
de euros al año son las comisiones en cajeros. Sacar efectivo de terminales que
pertenezcan a nuestro banco es gratis. ¿Pero qué ocurre si lo hacemos en
cajeros ajenos? Podemos pagar una comisión de hasta dos euros por cada vez
que saquemos dinero de un banco distinto. Esto se convierte en un problema
cuando la red de cajeros de nuestra entidad no es muy extensa y no siempre
tenemos cerca un cajero disponible.
Por otro lado, otro de los gastos que se ha puesto de moda
este último año es cobrar por operar en la oficina. Algunas cuentas bancarias y,
sobre todo, las cuentas online son solo gratuitas si la operativa se lleva a
cabo sin visitar la sucursal. En cuanto se pisa una oficina, el banco suele
cobrarnos una comisión que puede ser especialmente elevada.
El papel
en el banco sale caro
Por otro lado, otro de los costes de los que no nos podremos
olvidar con una cuenta sin comisiones es el del papel. Y es que parece que las
entidades están muy comprometidas con el medio ambiente, porque cobran por
absolutamente cada documento o justificante que se les pida.
Para ilustrarlo con algunos ejemplos, en CaixaBank un
certificado del saldo puede llegar a costar 15 euros, aunque este lo
descarguemos desde nuestra banca electrónica. En Banco Sabadell el coste es un
poco inferior, de entre seis y ocho euros.
Si lo que necesitamos es consultar el saldo de la cuenta
bancaria desde un cajero lo podremos hacer gratis siempre y cuando sea un
terminal de nuestra entidad. Si la operación la llevamos a cabo desde uno
ajeno, deberemos abonar una comisión de un euro. Y esta puede llegar a ser
más cara si encima imprimimos el documento.
En el caso de las transferencias, solicitar un
justificante que certifique que la hemos realizado tiene un coste de alrededor
de un euro. A este, podemos sumarle los gastos que algunas entidades aplican
por pedir adicionalmente un justificante de liquidación del envío o una confirmación
por e-mail. Es decir, aunque
dispongamos de transferencias gratis, podríamos estar pagando igualmente
comisiones por solicitar estos documentos