El coste de no pagar un minicrédito
Los
minicréditos no son tan caros como las consecuencias de no pagarlos
En general, los productos para conseguir financiación como
los préstamos y las tarjetas de crédito no están muy bien valorados por la sociedad.
No obstante, los minipréstamos son el
foco de la mayoría de las críticas. De hecho, desde que surgieron no han parado
de recibir acusaciones por parte de diferentes asociaciones de consumidores en
relación a unos intereses abusivos o a que incluyen condiciones encubiertas en
la “letra pequeña”.
Ante esta situación, resulta necesario aclarar estos juicios
de valor. En primer lugar, respecto al coste, muchas de las críticas se basan
en afirmar que tienen una Tasa Anual
Equivalente (TAE) desorbitada. Si bien es cierto que los minicréditos son
uno de los productos más caros para conseguir financiación, es absurdo que apliquemos esta variable en
ellos. Esto se debe a que tienen plazos de reembolso de 30 días y la TAE es
relevante en los préstamos que se reembolsan en plazos de un año o más. En
segundo lugar, los créditos rápidos, generalmente, no incluyen comisiones ni la
contratación de productos vinculados, por lo que podemos saber desde un primer momento cuánto pagaremos por ellos.
Desde el comparador de minicréditos HelpMyCash.com apuntan que
la clave para hacer un buen uso de estos productos y evitar sobreendeudarnos es
asegurarnos de poder cumplir con todas
las condiciones del contrato antes de solicitarlos y pedirlos únicamente si los
necesitamos. De hecho, la finalidad para la que se crearon estos productos
es hacer frente a imprevistos que requieren de una respuesta económica
inmediata y nunca como una vía de financiación habitual.
Cuanto más
tardemos en reembolsar los minicréditos, peores serán las consecuencias
Si nos encontramos en una situación en la que nos resulta imposible
reembolsar un préstamo rápido, lo
primero que debemos hacer es ponernos en contacto con la entidad prestamista y
comunicárselo. Después, lo más adecuado será solicitar una prórroga y así
evitaremos caer en un impago.
No obstante, si terminamos por no pagar el crédito y no
solicitamos la prórroga, la entidad nos
aplicará automáticamente las sanciones por demora establecidas en el contrato.
Estas penalizaciones siempre tendrán un coste más elevado que los intereses del
servicio de aplazamiento.
Si el prestamista nos avisa por segunda vez, se complicará
aún más la situación, ya que lo más probable es que decidan inscribirnos en un fichero de impagos
como ASNEF o EXPERIAN. Esto sólo nos traerá problemas y dificultades de cara a
conseguir financiación en cualquier otra entidad.
Finalmente, el
prestamista puede acudir a los tribunales e interponer una reclamación
judicial. En el caso de perder el juicio, tendremos que pagar el préstamo, los
honorarios, las sanciones de demora y los costes del proceso judicial.
El precio
de no pagar un crédito rápido
Antes de nada, debemos tener claro que las penalizaciones de
impago, siempre tendrán un coste más elevado que una prórroga, ya que los
intereses de ésta son similares a los habituales.
Para verlo de una manera más clara, lo explicaremos mediante
un ejemplo real del prestamista Kredito24:
si decidimos solicitar 100 euros a devolver en 30 días, terminaremos pagando
135 euros. Ahora bien, si no somos capaces de reembolsar el capital en el plazo
establecido y solicitamos una prórroga
de 15 días, terminaremos pagando 158 euros (23 % sobre el importe
solicitado). En cambio, si desatendemos
al pago, el monto final que abonaremos serán 175,5 euros (1,50 % de
intereses diarios más 20 € en concepto de comisión de reclamación).
Finalmente, debemos saber que si hemos solicitado un
préstamo rápido y después nos damos cuenta de que no seremos capaces de
reembolsarlo, por ley disponemos de 15 días naturales para
cancelarlo. En estos casos, sólo tendremos que reembolsar el dinero
prestado y los intereses generados hasta la fecha.