Evita pagar de más por tus créditos
El 35 % es la cifra clave para evitar pagar de más por tus créditos
Después de años de sequía de
financiación por culpa de la crisis financiera, la solicitud y concesión de
créditos al consumo en nuestro país ha vuelto a remontar. El importe de los saldos
vivos en los créditos al consumo entre noviembre de 2017 y noviembre del año
anterior aumentó un 12,33 %, de acuerdo con los últimos datos publicados por el
Banco de España, y todo apunta a que 2018 será el año de la consolidación de los
préstamos personales, nos explica el comparador financiero
HelpMycash.com. No obstante, advierte de que debemos evitar los errores del
pasado para no volver a entrar en otra crisis.
Orientarse para elegir la cuota mensual correcta
Uno de los factores imprescindibles para evitar sobreendeudarnos es
saber elegir la cuota mensual que pagaremos. La cantidad que elijamos debe
permitirnos hacer frente cada mes al pago además de poder seguir con el resto
de nuestras obligaciones financieras como el pago de las facturas, del alquiler
o los gastos básicos. Es aquí donde entra el 35 %. El Banco de España aconseja que para poder encontrar este equilibrio no
debemos dedicar más del 35 % de nuestros ingresos netos mensuales al
reembolso de todos los créditos que tengamos. Así, si cobramos 1.500 euros
netos al mes, no deberíamos dedicar más de 525 euros a la devolución de un
préstamo. Con este cálculo nos quedarían 975 euros al mes para el resto de
nuestros gastos.
Aunque el 35 % es la recomendación
oficial, lo cierto es que según
distintas variables este porcentaje podría ser menor o mayor. Si el
préstamo tiene dos titulares, si tenemos hijos o personas a nuestro cargo o si
nuestro sueldo es superior, el porcentaje que podríamos dedicar podría variar,
ya que la cantidad de ingresos que debemos dedicar a nuestros gastos habituales
variará.
La regla del 35 % es una buena
forma de orientarnos para saber qué mensualidad pagar. Aunque para escoger la
cuota que mejor se adapte a nuestro día a día financiero debemos evaluar bien
nuestros ingresos y gastos recurrentes y elegir en base a nuestros cálculos.
La cuota, ni tan baja ni tan alta
No elegir una cuota demasiado alta
que desequilibre nuestra economía es imprescindible para evitar acabar en un
impago, pero los extremos nunca son buenos y elegir una cuota demasiado baja
también puede perjudicarnos. Aunque no lo parezca, el plazo es uno de los factores que más afecta al coste total de un
crédito, ya que los intereses se generan de manera mensual. Así, mientras
más baja sea la mensualidad de reembolso, más se alargará el plazo, haciendo
que se generen intereses durante más tiempo.
Por ello, además de no pasarnos con
una cuota demasiado alta que no nos permita hacer frente al resto de los gastos,
tampoco debemos pecar de justos y elegir
una cuota demasiado baja que alargue infinitamente el plazo y haga que
paguemos más por el préstamo.
En definitiva, encontrar el
equilibrio para la cuota perfecta evaluando todos los factores que influyen en
la decisión y tomando como punto de partida el 35 % de nuestros ingresos será
una buena forma de no equivocarnos con nuestra financiación.