No puedo pagar las cuotas de mi préstamo ¿Qué puedo hacer?
¿Qué hacer cuando no puedes pagar las cuotas de tu préstamo?
Aunque la crisis en España parece
estar desapareciendo, lo cierto es que todavía quedan muchas familias sufriendo
las consecuencias de las dificultades económicas. Una de ellas es la imposibilidad de hacer frente a las cuotas mensuales para devolver los préstamos y créditos que
tienen vigentes. Por desgracia estas situaciones siguen siendo comunes en
España y no pagar nunca es la solución
más barata, nos explica el comparador financiero HelpMyCash.com: “Aunque
las consultas en nuestro foro sobre cómo evitar el impago han disminuido,
siguen siendo frecuentes”. Si nos encontramos ante una situación donde no somos
capaces de hacer frente al reembolso del crédito, existen varias opciones que
nos permitirán evitar no pagar.
Negociar con el prestamista es la mejor estrategia
Antes de incurrir en un impago lo
primero que debemos hacer es ponernos en contacto con la entidad que nos
concedió el préstamo. Todas las entidades están interesadas en que podamos
hacer frente al pago de las cuotas y la gran mayoría están dispuestas a
negociar nuevas condiciones de devolución que se adapten a nuestra situación
económica actual. Al hablar con la entidad podremos obtener varias alternativas
distintas según nuestra situación.
Si el bache económico que nos impide hacer frente al reembolso del
crédito es temporal, lo mejor es solicitar una carencia a la entidad. Una
carencia es no pagar una parte o la totalidad de las cuotas mensuales del
préstamo durante un tiempo determinado que elijamos. Esta solución servirá para
obtener unos meses de respiro hasta volver a equilibrar nuestra economía y
entonces retomar el pago de las mensualidades normales. Cofidis, por ejemplo,
ofrece esta alternativa en sus Créditos Proyecto bajo su servicio “comodín” por
el cual podemos aplazar el pago de una cuota concreta sin costes adicionales.
Si las dificultades económicas que no nos permiten hacer frente al
reembolso son permanentes, en este caso lo mejor es negociar un nuevo plazo más
largo que haga que las cuotas de devolución de los créditos sean más bajas.
Así, la cantidad a pagar cada mes será menor y poder afrontar el pago no será
un reto ni supondrá un desequilibrio para nuestras finanzas.
Si tenemos tantos préstamos que la suma de todas las cuotas es
desproporcionada, lo mejor será reunificar deudas. Esta opción consiste en
solicitar un préstamo por la cuantía del total de todos los que nos quedan por
pagar y cancelarlos todos con este nuevo crédito. Así solo pagaremos una cuota
mensual de la cantidad que determinemos. En este caso lo más aconsejable es
acudir a la entidad donde tenemos el préstamo de mayor cuantía y negociar con
ellos para ampliar el capital y poder así unir todos los créditos en uno
Sea cual sea la alternativa por la
que optemos una cosa está clara: hay que
evitar el impago a toda costa. Aunque las soluciones antes mencionadas
conllevan un coste mayor a reembolsar el préstamo en el plazo original, siempre
serán opciones mucho más baratas que no pagar, ya que si lo hacemos nos enfrentaremos
a los intereses de demora, las comisiones y otras sanciones.