Hemos aprendido algo de los movimientos del euríbor
¿Qué hemos aprendido 10
años después de que el euríbor tocara techo?
El euríbor lleva dos años y cuatro
meses en terreno negativo y, según indican los expertos, todo apunta a que ahí
seguirá hasta, por lo menos, el año que viene. Una situación que, junto a los
diferenciales bajos que ofrecen actualmente las mejores hipotecas, se traduce
en un interés muy atractivo y una cuota reducida a la que algunos ya se han
acostumbrado. Sin embargo, desde el comparador financiero HelpMyCash.com
señalan que, justo este mes de julio, el euríbor celebra una curiosa efeméride: la primera década desde que marcó su
máximo histórico, cuando alcanzó el 5,393 %.
El euríbor alcanzó su máximo
en pleno estallido de la crisis
Julio de 2008, el estallido de la crisis económica pocos meses antes
hizo que el paro empezara a dispararse y creciera en cada nuevo dato hecho
público. En ese momento, concretamente la tasa de desempleo cerró el mes en el
11,1 % del total de la población activa en España, una cifra que iría
empeorando hasta superar el 25 % en 2012 y 2013.
Al escenario de destrucción de empleo
y de crecimiento de la inflación se le sumó la necesidad de los bancos de
disponer de capital, por lo que se endurecieron las condiciones para conceder
dinero, incluso entre ellos. Por esta y otras razones, el euríbor que tomamos como referencia para las hipotecas, que
simplificadamente es el interés al que se prestan dinero a un año los
principales bancos de Europa, se
disparó.
Así pues, los hipotecados no solo
vieron como en muchos casos los ingresos de su unidad familiar descendían, sino
también como la cuota de su préstamo
hipotecario se disparaba, pese a que en ese momento los diferenciales
estaban realmente bajos.
Desde HelpMyCash.com ponen como
ejemplo una familia con una hipoteca de 120.000 euros a 30 años y un
diferencial de 0,25 %. En julio de 2007, con el euríbor en 4,564 %, la cuota
que pagaban era de 630,61 euros mensuales. Un año más tarde, cuando el índice de referencia alcanzó su
máximo histórico, la mensualidad subió hasta los 692,15 euros, un
incremento de casi un 10 % que, en aquel momento, suponía un fuerte esfuerzo
económico.
La desaparición de las
hipotecas 100, ¿una lección aprendida?
La subida de las cuotas de las
hipotecas y el descenso de ingresos hizo que muchas familias no pudieran hacer
frente a sus deudas y perdieran la casa. Si tenemos en cuenta que, además,
antes del estallido de la crisis era habitual pedir hipotecas 100 o incluso 100
más gastos, en muchas ocasiones no solo
perdieron su vivienda, sino que además siguieron debiendo una gran cantidad de
dinero al banco.
Precisamente, una de las grandes
lecciones que se han aprendido de la crisis económica y también de la volatilidad
que ha mostrado el euríbor en los últimos años es el gran riesgo que conlleva la financiación al 100 %. Por ello,
estos productos han estado durante mucho tiempo desaparecidos de las ofertas de
las entidades bancarias y las pocas que se atrevieron a volver a ofrecerlas
abiertamente a las pocas semanas dieron un paso atrás.
Y es que si bien es cierto que hay
voces de alarma que señalan que actualmente los criterios de concesión se han
relajado ligeramente, por el momento las hipotecas 100 siguen siendo un
producto muy exclusivo. Así, la única manera de conseguirlas es tener un perfil financiero excelente que dé
total seguridad al banco de que podremos devolver la deuda contraída u optar
por comprar un piso de banco y ayudar a las entidades a aligerar su cartera
de viviendas, engrosada de manera excesiva a causa de los embargos.
La búsqueda de
seguridad ha beneficiado a las hipotecas fijas
Desde HelpMyCash.com señalan que,
otra consecuencia de la situación vivida durante los peores años de la crisis,
es que quienes buscan una hipoteca saben cada vez más que es recomendable hacer cálculos de cómo
quedaría la cuota de una hipoteca variable en diferentes escenarios de euríbor.
El objetivo es asegurarse de que, ante una nueva subida del índice de
referencia, se podría hacer frente a la cuota sin dedicar más del 35 % de los
ingresos familiares.
Otro punto que cabe destacar es
que, si bien las variables antes representaban más del 90 % de las nuevas
firmas, actualmente apenas superan el 60 %. Un cambio que ha beneficiado a las hipotecas fijas, que no
solo ofrecen más seguridad tanto al hipotecado como al banco al ofrecer una
cuota que no varía con el euríbor, sino que además actualmente son mucho más
atractivas que hace unos años.
Así, no es complicado encontrar hipotecas fijas con tipos por debajo del 3
% o incluso del 2 % para plazos más cortos. Un abanico de ofertas muy
interesantes que, además, en muchos casos no vienen acompañadas de una fuerte
vinculación o de muchas comisiones, como ocurría antes.