Préstamos para estudiar en la Universidad
Los préstamos para estudiar, el plan B para acceder a la universidad
Los préstamos universitarios se han
hecho tristemente famosos por la ruinosa situación en la que acaban inmersos
miles de estudiantes estadounidenses, que se ven obligados a endeudarse por el
alto coste de la educación superior. Durante el primer trimestre de 2018, la deuda estudiantil en los Estados Unidos
era de 1,5 billones de dólares, de acuerdo con los datos de la FED. En
España los préstamos estudiantiles también tienen manchas en su historial y si
no que le pregunten a los cientos de estudiantes que aún están sufriendo las
condiciones del Préstamo Renta Universidad que el ICO concedió entre 2009 y
2010, cuyos efectos han llegado hasta el Congreso.
Pero este tipo de financiación, que
en España no es tan común como al otro lado del charco, también supone la única
salida para muchos estudiantes que necesitan un extra de liquidez para
formalizar la matrícula de una carrera, un máster o un postgrado, sobre todo si
tienen que salir del nido familiar para estudiar. El millón y medio de
estudiantes matriculados en el Sistema Universitario Español en el curso 2016-2017
tuvieron que hacer frente a matrículas universitarias
que podían superar los 2.000 euros anuales, según el Observatorio Sistema
Universitario.
Radiografía de los préstamos para estudiar
Los préstamos personales para estudiar
que otorgan los bancos españoles tienen una TAE media del 5,65 %, de acuerdo con un análisis realizado por el
comparador de productos bancarios HelpMyCash.com. “Se trata de un precio
inferior al que tienen los créditos al consumo, cuya TAE media fue del 8,85 %
en mayo”, afirman los expertos de HelpMyCash.
No solo son más baratos, sino que
además incluyen otras ventajas como la posibilidad de solicitar hasta varios
años de carencia. Una ventaja que, no obstante, puede acabar convirtiéndose en
una trampa al generarse intereses durante el tiempo que no se paga. Resultado:
el crédito sale más caro de lo esperado si se activa la carencia.
Algunos bancos exigen que los
titulares del crédito sean, realmente, los padres
del estudiante, sobre todo si este tiene 18 años y necesita los fondos para
abonar la matrícula de la universidad. El
banco necesita un perfil solvente, un titular con ingresos regulares y suficientes,
y difícilmente el estudiante podrá cumplir esas condiciones. Algunos bancos,
incluso, exigen que el titular del préstamo tenga la nómina domiciliada en el
banco si quiere disfrutar de un interés bonificado.
Deutsche Bank ha sido la última entidad en sumar a su catálogo de
productos un préstamo para estudiantes y lo
ha hecho por la puerta grande, con un tipo de interés del 4,50 % (TAE del
4,59 %) y sin comisión de apertura. La entidad, que recientemente lanzó una
cuenta joven, ha completado así su oferta para este segmento de clientes, “apoyando
a los estudiantes que sean titulares de dicha cuenta y que quieran iniciar o
continuar su formación profesional y no disponen del capital suficiente para
ello”, señaló Luis Marquet, responsable de hipotecas y productos de consumo de
Deutsche Bank España.
No solo para la matrícula, también para la manutención
Los préstamos para estudiantes no
solo están pensados para abonar el coste de la matrícula del curso, ya sea un
grado, un máster o un curso de idiomas, sino también para que el estudiante
pueda costearse los materiales y la
estancia. De ahí que algunos bancos presten hasta 80.000 euros, como el
Santander con el Préstamo Total Carrera, o 60.000 euros (una cifra más
habitual) como el Préstamo Formación de Ibercaja, el Préstamo Universitario del
Santander o el Préstamo Estudios de Cetelem. Aunque lo cierto es que los
importes que manejan estos créditos habitualmente son inferiores: la media es
de 35.000 euros, según HelpMyCash, aunque las
cifras más frecuentes se mueven entre 6.000 y 18.000 euros.
Otro método de financiación que
explotan algunos bancos son los anticipos
de beca, a sabiendas de que el estudiante, muchas veces, recibe la ayuda
después de haber iniciado sus estudios. En este sentido, la opción más
atractiva es la de Unicaja, que adelanta el total de la beca con un tipo de
interés del 0 % (TAE del 0 %). El plazo para devolver el dinero es de nueve
meses.
Interesante es también el Anticipo
de Becas Mec de Abanca, aunque no sale gratis. A pesar de tener un interés del
0 %, incluye una comisión de apertura del 3 %, por lo que la TAE sobrepasa esa
cifra. Si hemos recibido una beca de 2.000 euros, tendremos que abonar 60 por
recibir el dinero antes de tiempo. Tendremos diez meses para devolverlo.
La propuesta de Ibercaja, el
Préstamo Anticipo Beca Erasmus, es la más cara: tiene un interés del 5 % más
una comisión de apertura del 1 %. Total: 7,10 % TAE.