50 años de las tarjetas bancarias con chip
Las
tarjetas con chip cumplen 50 años: ¿cómo serán cuando cumplan un
siglo?
Hace medio siglo,
dos ingenieros alemanes (Helmut Groettrup y Juergen Detloff)
patentaron la primera tarjeta con chip incorporado, una tecnología
revolucionaria que posibilitó la aparición de las
actuales tarjetas bancarias. Pero ¿estos productos todavía
se usarán dentro de otras cinco décadas? De la mano del comparador
financiero HelpMyCash.com, a continuación repasaremos cuáles son
las perspectivas de futuro de los métodos de pago alternativos al
efectivo.
¿El
móvil sustituirá a las tarjetas?
Dada su
popularidad, es improbable que las tarjetas físicas desaparezcan
de un día para otro. Sin embargo, puede que su uso si se reduzca
en favor de las aplicaciones que permiten pagar en comercios a
través del teléfono móvil. Así lo creen en el 45% de los
comercios encuestados para el estudio El futuro de la aceptación
de pagos de Universal Pay, que consideran que, en 2020, estas
apps ya habrán superado en popularidad a las tarjetas y al
efectivo.
No es extraño,
en consecuencia, que tanto las entidades financieras como las
grandes compañías tecnológicas hayan lanzado sus propias
aplicaciones para abonar compras con el smartphone: BBVA
Wallet, Sabadell Wallet, Apple Pay, Samsung Pay, Google Pay… Su
funcionamiento es muy parecido al de una tarjeta contactless,
pues solo hay que sincronizar la app con una tarjeta virtual y
acercar el móvil al datáfono para que este reconozca su señal NFC
y se realice la transacción.
Sin embargo, se
trata más de una inversión de futuro que de presente, puesto que la
mayoría de los jóvenes españoles (a quién va dirigida esta
tecnología) aún prefiere pagar con una tarjeta física. De
hecho, según un estudio publicado por Mastercard en 2017, las
aplicaciones para pagar por el móvil convencen a menos de un tercio
de la población de nuestro país, aunque se prevé que este
porcentaje irá aumentando progresivamente con el paso de los años.
No
solo las tarjetas tendrán chips
Lo que sí se
puede decir con seguridad es que las tarjetas no serán los únicos
objetos con chip que podremos utilizar dentro de 50 años para pagar
nuestras compras. Y es que ciertas entidades han empezado a
comercializar los llamados wearables, que son
objetos que el cliente puede llevar encima y usar como si fueran una
tarjeta bancaria: un reloj, una pulsera, un anillo o incluso un
traje.
Su funcionamiento
es similar al de las tarjetas prepago, pues para utilizarlos
normalmente hay que transferir la cantidad de dinero que se desee
gastar de la tarjeta al wearable. Una vez cumplido este
requisito, ya se pueden realizar pagos en cualquier comercio
acercando el objeto al datáfono como si se tratara de una
tarjeta contactless.
Desde el
comparador HelpMyCash.com ven poco probable que los wearables
desbanquen a las tarjetas físicas, pero sí podrían convertirse en
un buen complemento (nunca mejor dicho) a corto o medio plazo. De
hecho, cada vez hay más deportistas profesionales y aficionados que
los usan para medir su rendimiento (generalmente a través de relojes
inteligentes), así que no es descabellado pensar que, en un futuro
próximo, podrían emplearlos también para pagar sus compras.