miércoles, 25 de marzo de 2020

¿Qué hacer con mis ahorros ante un crac bursátil como el del coronavirus?

 La pregunta que se hacen todos, ¿es momento de vender para evitar más caídas o es momento de comprar?

Para saber qué hacer con nuestros ahorros, en primer lugar, debemos comprender por qué fluctúan los precios de la bolsa con tanta severidad. En esta ocasión, de hecho, la velocidad de caída ha sido la más fuerte de la historia.

Los precios de mercado reflejan las expectativas de los inversores sobre los beneficios futuros y su riesgo. Cuando las expectativas cambian, los precios cambian. Y como hemos visto, pueden cambiar drásticamente.

Estas caídas no significan que el mercado se haya vuelto loco o que el mundo se acabe. Abruptas caídas es normal que ocurran de vez en cuando en un mercado eficiente. Y dado que son inevitables, deben recogerse en todo plan de inversión.


Los precios de mercado reflejan las expectativas de los inversores sobre los beneficios futuros y su riesgo. Cuando las expectativas cambian, los precios cambian. Y como hemos visto, pueden cambiar drásticamente.

Estas caídas no significan que el mercado se haya vuelto loco o que el mundo se acabe. Abruptas caídas es normal que ocurran de vez en cuando en un mercado eficiente. Y dado que son inevitables, deben recogerse en todo plan de inversión.
En momentos turbulentos como el actual debemos tomar medidas para evitar que las caídas nos afecten más de lo que podemos aguantar. Pero siempre necesitamos volver a entrar. Entrar en un mal momento puede significar perder importantes ganancias.

¿Es esta vez diferente? La importancia de un plan de inversión

Si somos inversores de largo plazo, lo que ocurra en ciertos momentos no debe hacernos cambiar nuestro plan de inversión. Si con las caídas estás sufriendo más de lo que te gustaría, es que probablemente tenías más riesgo en tu cartera de lo que deberías asumir. Eso te dificultará comportarte racionalmente y aprovechar las caídas para entrar de nuevo. Si ese es tu caso, habría que analizar detenidamente si es conveniente vender y reducir riesgo, a pesar de que cuanto más caiga la bolsa, como veremos más adelante, la probabilidad de un rebote es cada vez mayor.
Han ocurrido decenas de cracs bursátiles en la historia. Todos y cada uno de ellos parecen diferentes (y de hecho lo son). Siempre hay una narrativa para argumentar cada crac. En momentos de incertidumbre, como no conocemos lo que va a pasar, la narrativa de lo que puede ocurrir es más aterradora que la propia caída


Para construir un plan de inversión que nos permita mantener la calma cuando llegue un crac bursátil y poder incluso beneficiarnos de él, necesitamos saber con antelación, que una narrativa convincente no va a modificar nuestro plan de actuación. Debemos saber cómo nos comportamos los humanos y analizar profundamente los datos históricos. Así podremos tomar decisiones racionales.
Keynes describió el juego de la bolsa y la importancia de las expectativas, utilizando el símil de un concurso de belleza. En él, se debe seleccionar a las 6 caras más bonitas de entre 100 fotografías. El ganador es aquel cuya selección se ajuste más a la del conjunto. El jugador inteligente rápidamente se da cuenta que los criterios individuales son irrelevantes. La mejor estrategia es seleccionar aquellas caras que gustarán más al conjunto de jugadores. Esta lógica se apodera del juego, ya que es probable que el resto de los jugadores piensen igual. Por tanto, la estrategia óptima es predecir lo que es más probable que la media piense que es la opinión media. E incluso continuar más allá en la secuencia.


Nuestras expectativas cambian cuando hay nuevas narrativas

Otro premio nobel, Robert Shiller, en su libro “Narrative economics”, argumenta que las narrativas son construcciones humanas resultado de la mezcla de hechos, emociones y otros extraños detalles que forman una impresión en la mente humana.
Hay narrativas que son tan extremadamente poderosas que nos hacen cambiar nuestra perspectiva sobre los hechos, nos pueden hacer cambiar de opinión e ignorar probabilidades reales.
Las narrativas no cambian los hechos, pero cambian fácilmente cómo la gente responde a esos hechos. Shiller describe las burbujas económicas como una epidemia social que implica expectativas extravagantes para el futuro.


Si eliminamos los 10 mejores meses de ese periodo (de 1.128 meses), la rentabilidad se reduce al 7,74% anual. Es decir, 1.000 dólares invertidos en 1926, habiendo perdido esos 10 meses, supondría un valor actual de 1,1 millones de dólares (¡casi 8 veces menos!).
La historia además nos da una pista. La mayoría de esos 10 meses ocurrieron después de una fuerte corrección. Si estás fuera probablemente te lo hubieras perdido.
Nadie sabe cuándo el mercado va a hacer un suelo. Es precisamente por eso que se asume un riesgo manteniéndose dentro del mercado. Sin embargo, los inversores tienen buenas rentabilidades como recompensa del riesgo. Eso sí, es imprescindible tener un buen plan de inversión para saber cuánto riesgo podemos asumir.
En 2008, el S&P 500 cayó un 56%. Es importante saber, por un lado, con cuánta parte de nuestra cartera podríamos aguantar una caída al menos de esa magnitud, y con cuánta liquidez nos mantendríamos para poder entrar en caso de que haya una caída tan abrupta. En momentos como estos, tener un buen plan de inversión, con un estrategia de asignación de activos sólida es fundamental. Una vez lo tengamos, la mejor decisión es ceñirse al plan previamente establecido

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