Cómo afecta al cliente la venta del Banco Popular, Pastor y Oficina Directa
Clientes
de Banco Popular, Pastor y Oficinadirecta: ¿cómo les afecta la
venta del banco?
Tras
casi cien años de historia, Banco Popular dice adiós. Los
acontecimientos vividos durante las últimas semanas y las
vertiginosas caídas que ha sufrido la acción en bolsa han dejado KO
a la entidad. Banco Santander es, desde este miércoles,
propietario de la totalidad del ya extinto Banco Popular, entidad
que ha adquirido por el simbólico precio de un euro. Ni siquiera la
marca ha sobrevivido: la entidad presidida por Ana Patricia Botín ya
ha anunciado que la entidad resultante “operará con la marca
Santander”.
La
transacción aumentará considerablemente la cuota de mercado del
Santander, sobre todo en el terreno de las pymes españolas. “La
integración de Banco Santander y Banco popular reforzará
significativamente las franquicias del grupo en España y Portugal”,
señala el banco en una nota de prensa, dando lugar a una entidad
con 17 millones de clientes.
Pero
¿qué ocurrirá con los 4,1 millones de clientes españoles del
Popular? Para empezar, desde este miércoles ya son clientes del
Santander. La operación, que ha sido llevada a cabo con nocturnidad,
afecta también a los clientes de Banco Pastor y Oficinadirecta. Pero
no son ni los primeros ni los últimos que cambian de entidad a la
fuerza. El baile de fusiones que ha vivido el panorama financiero
español durante los últimos años ha provocado un trasvase
significativo de clientes de una entidad a otra.
Cambio
del número de cuenta… ¿y de oficina?
El
cambio más significativo que sufrirán los clientes del Popular a
corto plazo será el cambio de numeración de sus cuentas que
ahora adoptarán el código del Santander (0049) y perderán el del
Popular (0075). En cuanto a los recibos domiciliados, lo más
probable es que la entidad los redireccione automáticamente a la
nueva cuenta. Eso sí, las domiciliaciones que se firmen una vez la
entidad informe a los clientes de la nueva numeración se tendrán
que realizar a la nueva cuenta.
Es
probable, también, que debido a duplicidades Santander decida
cerrar alguna de las 1.644 oficinas situadas en España que la
entidad ha heredado, lo que provocaría algunos traspasos de clientes
a otras sucursales. No obstante, Ana Patricia Botín ha afirmado este
mismo miércoles que de momento los clientes del Popular serán
atendidos por los mismos trabajadores y en las mismas sucursales.
Cambio
de condiciones en cuentas y tarjetas
Los
únicos productos que podrán sufrir cambios serán los de duración
indefinida, básicamente las cuentas y las tarjetas de débito y
de crédito que el Santander haya heredado del Popular, que podrían
verse modificados tanto en los requisitos de tenencia como en las
tarifas. Es decir, que podrían encarecerse, señalan desde el
comparador de cuentas sin comisiones HelpMyCash.com. Aunque
la compra no tiene que alterar, per se, las condiciones de los
productos del banco adquirido, es probable que más pronto que tarde
el Santander acabe adaptándolos o eliminándolos, para
ajustarlos a su estrategia de negocio, basada desde hace dos años en
el Mundo 1|2|3. Esto podría disparar el número de titulares de
la Cuenta 1|2|3 durante los próximos meses si el banco decide
traspasar a sus nuevos clientes a su producto estrella.
Sea
como fuere, la Ley 16/2009 especifica claramente que el banco
deberá informar a los clientes como mínimo dos meses antes de
instaurar las nuevas condiciones contractuales, plazo durante el cual
el cliente podrá rescindir el contrato unilateralmente si no está
conforme con la nueva propuesta.
Los
depósitos a plazo fijo mantendrán su rentabilidad
Los
titulares de depósitos a plazo fijo conservarán sus condiciones
hasta el vencimiento, por lo que no verán modificada la
rentabilidad. Eso sí, una vez llegado el vencimiento y, en caso de
renovación, las nuevas condiciones serán las que dicte el
Santander. No ocurrirá lo mismo con las cuentas de ahorro, cuya
rentabilidad podrá verse modificada con dos meses de preaviso.
Las
deudas siguen vigentes
Al
igual que ocurre con los depósitos y con el resto de los productos
que estén soportados por contratos de duración definida, los
préstamos y las hipotecas seguirán vigentes con las condiciones que
se pactaron en el contrato. Se mantendrán el tipo de interés,
las comisiones, el plazo y el importe a deber, la única diferencia
será que cambiará el acreedor y que las posibles modificaciones que
se quieran negociar ahora tendrán que pactarse con el Santander en
lugar de con el Popular. En cualquier caso, la deuda se mantiene
vigente.
Los
accionistas, los grandes perdedores
Los
accionistas y los tenedores de deuda subordinada son los que se
encuentran en peor situación: sus títulos han pasado a valer
cero euros. Alrededor de 300 mil accionistas han perdido la
totalidad de su inversión tras la compra del Popular, cuya acción
se ha visto reducida a la nada.
Tal
y como ha anunciado el FROB y con el objetivo de realizar la
operación “sin comprometer recursos públicos ni afectar a ningún
acreedor ordinario ni depósito”, la totalidad de las acciones
ordinarias del Popular han sido amortizadas. Las pérdidas
alcanzan también a los tenedores de instrumentos híbridos de
capital y de deuda subordinada, que junto con los accionistas son los
que salen peor parados de la operación.
Los
fondos de inversión, a buen recaudo
Los
inversores que contratasen fondos en el Popular pueden dormir
tranquilos, ya que no se verán afectados por la transacción. Los
fondos no forman parte del balance del banco y no están
comprometidos, simplemente ahora pasarán a estar gestionados por el
Santander. Caso aparte es que en la cartera de esos fondos se
invirtiese en acciones del propio Popular, pero esto afectaría igual
a los productos comercializados por otras gestoras ajenas al banco
con una cartera similar.
La
compra del Popular ha dado lugar a un nuevo gigante bancario.
La entidad fruto de la compra “se convertirá en el banco líder en
créditos y depósitos” ha informado el Santander. “Tendrá una
cuota de mercado en crédito del 20 % y una cuota del 25 % en pymes,
un segmento clave para el crecimiento de la economía española”.