Pueden robarnos al utilizar las tarjetas contactless
¿Son
ciertos los rumores de que pueden robarnos con las tarjetas ‘contactless’?
A pesar de que, de acuerdo con un estudio realizado por Visa sobre
Pagos Digitales 2016, el
58 % de los usuarios han utilizado este año las tarjetas contactless y que el 80 % de los “plásticos” ya incluyen
esta tecnología, según afirma un informe de MasterCard, las tarjetas con pago
sin contacto siguen despertando inseguridades entre los usuarios. Uno de los
motivos es el miedo a que los
carteristas utilicen un TPV portátil para realizar cargos a sus tarjetas y aprovechen la ventaja de no
tener que introducir el número PIN en compras menores a 20 euros a su favor.
No obstante, para que esto ocurra se tienen que dar una gran
cantidad de factores a la vez, convirtiendo
esta forma de robo en algo prácticamente imposible, según
explica el comparador financiero HelpMyCash.com, que nos cuenta las circunstancias en
las que este fraude podría ser plausible y las medidas de seguridad para
evitarlo.
Cómo podrían
robarnos a través de la tecnología ‘contactless’
Que este tipo de hurto ocurra es muy complicado. Primero, debemos
saber que los datáfonos, incluso los inalámbricos, están ligados a una línea de
teléfono y deben estar dentro del rango
de cobertura para que ocurra. Si no están dentro de este rango, el tiempo
para volver a donde tienen cobertura y llevar a cabo el cobro ilícito es
limitado. Además, para que se lleve a cabo el TPV debe estar a menos de tres
centímetros de nuestra tarjeta durante un mínimo de tiempo. Para esto debe saber dónde tenemos guardada la tarjeta
exactamente, suponer que es contactless
y hacerlo todo sin que nos demos cuenta.
¿Y si ocurre igualmente?
En el
supuesto de que ocurra y un carterista consiga sacarnos una cantidad menor a
los 20 euros gracias a que no requiere introducir el número pin, este cobro
ilegal quedará registrado en el extracto de nuestros movimientos. Todos los datáfonos están ligados a una
cuenta corriente por lo que será muy fácil identificar al caco para recuperar
nuestro dinero. Bastará con revisar periódicamente los gastos con las
tarjetas y dar la voz de alarma a la entidad y a las autoridades en el caso de
que alguno no nos cuadre. Además, las entidades, conscientes de la preocupación
que el pago contactless suscita entre
sus usuarios, suelen ofrecer coberturas
más amplias en sus seguros de protección antirrobo y antifraude.
Qué hacer para evitar riesgos y
aumentar la seguridad
Si de
todas maneras no nos sentimos seguros con nuestra tarjeta contactless, existen varias medidas de seguridad que podemos
adoptar para minimizar aún más las probabilidades de ser víctimas de un
ciberrobo. La más común es cambiar desde
la banca online la cantidad mínima por la que se exige el número PIN para
que nos lo pida en cualquier operación, sea del importe que sea. También es
posible solicitar una notificación al móvil, a través de SMS o a la aplicación,
cada vez que se realice algún movimiento con la tarjeta. Además, algunas
entidades permiten “apagar” las tarjetas, es decir, dejarlas inactivas e inservibles el tiempo que deseemos y
“encenderlas” a través de sus app
móviles cuando las queramos usar. Para lo más precavidos es posible conseguir fundas que inhiben la tecnología NFC,
que hace posible el pago contactless,
y que harán imposible cualquier uso de las tarjetas sin nuestro
consentimiento.