Tener el dinero debajo del colchón una opción para el ahorrador
‘Bancolchón’,
el banco en el que no querrás dejar tu dinero
La normativa actual no impide al contribuyente guardar su
dinero en casa, ya sea debajo del colchón, en una caja de zapatos o en la
clásica hucha con forma de cerdito. Almacenar
el dinero en el banco no es obligatorio. De hecho, durante los últimos años
y a raíz de la crisis y de los acontecimientos vividos en ciertos países de
Europa, son muchos los que se planteaban la posibilidad de acumular una parte
de su capital en efectivo dentro de casa, lo que popularmente se conoce como
“Bancolchón”.
Sin embargo, optar por guardar el dinero en casa no es una
decisión baladí. Los riesgos y los perjuicios a los que puede verse sometido su
propietario son varios y pueden afectar notablemente a su economía. Desde el comparador de cuentas sin comisiones ydepósitos HelpMyCash.com nos
detallan cuatro riesgos a los que nos veríamos sometidos si decidiésemos
guardar el dinero bajo el colchón de casa.
1-
Problemas
con Hacienda
Superado el dilema de la legalidad, amasar dinero en
metálico en casa puede traernos algún problema con el fisco. En principio, se
puede tener en metálico todo el dinero que se quiera, pero con tres condiciones:
que su procedencia sea lícita, que
haya sido debidamente grabado y que pueda justificarse su origen. He aquí uno
de los principales problemas del famoso “Bancolchón”.
Si acumulamos una gran cantidad de dinero en casa durante
largo tiempo y, de repente, el capital vuelve a aparecer en el circuito
bancario, porque se ingresa en una cuenta, Hacienda
podría sospechar sobre su procedencia y solicitar al titular que la justificase.
El problema llegaría en caso de no poder hacerlo, ya que la Administración
podría considerarlo una ganancia no justificada y obligar al contribuyente a tributar por ella.
De ahí que, si optamos por almacenar una cantidad
considerable de efectivo en casa durante un período de tiempo dilatado, debamos
ser precavidos y guardar la
documentación oportuna para cuando el dinero vuelva a aparecer de cara a la Administración.
Sería aconsejable conservar los recibos del banco, en el caso de que el dinero
se haya extraído de una cuenta, las nóminas, los recibos de cobros, etc.
2-
La
inflación, un enemigo silencioso
Otro enemigo del ahorrador hogareño es la subida
generalizada de los precios, algo que no todos los consumidores de a pie tienen
en cuenta. Si el dinero acumulado no
crece al mismo ritmo que el IPC, perderemos poder adquisitivo. Es decir,
que si la inflación sube, pero nuestro dinero no genera intereses, el año que
viene con la misma cantidad podremos adquirir menos productos y servicios.
Para combatir la inflación no basta con ingresar el dinero
en el banco. Se tendría que rentabilizar
como mínimo al mismo nivel que se hayan incrementado los precios. Según las
previsiones del Departamento de Análisis de Bankinter, en 2017 el IPC patrio
podría subir hasta el 1 %, por lo que sería necesario invertir el dinero y
obtener una rentabilidad de como mínimo esa cifra, algo que afortunadamente aún
podrían hacer los ahorradores más conservadores acudiendo a alguno de los depósitos bancarios que sobreviven por encima del 1 %.
3-
Un caramelo
para los ladrones
Quizá sea el problema más evidente. Entre enero y septiembre
se han registrado en España más de 85
mil robos con fuerza en domicilios, según el Balance de criminalidad
publicado por el Ministerio del Interior.
Para evitar posibles robos, se puede optar por guardar el
dinero en algún sitio oculto difícil de encontrar o en una caja fuerte pesada
que no se pueda sustraer. Otra opción sería adquirir una caja de seguridad en
un banco, pero a la rentabilidad inexistente habría que sumarle el precio del
servicio.
En caso de robo, el
seguro del hogar podría cubrir las pérdidas del dinero en efectivo. Sería
importante averiguar las coberturas del seguro y sus limitaciones y, sobre
todo, si cubre el robo del dinero que estuviese fuera de una caja fuerte.
4-
Cuidado con
el fuego
El fuego no es un buen aliado del papel moneda. En caso de
incendio, los billetes almacenados en casa podrían quedar sumamente
deteriorados. Para combatir los efectos de las llamas, podría optarse por una caja fuerte ignifuga.