lunes, 14 de diciembre de 2015

Cómo conseguir un buen préstamo personal

Necesito un préstamo personal, ¿qué hago?

Durante el pasado mes de octubre, el importe de los créditos al consumo concedidos a los hogares españoles aumentó en 73 millones de euros con respecto al mismo mes del pasado año, un incremento del 4 % interanual. Parece que el sector del crédito se está reactivando y los bancos están más predispuestos a prestar dinero. De hecho, son muchas las entidades que han rebajado el tipo de interés de sus productos con el objetivo de situar sus préstamos entre los más atractivos del mercado. Pero ¿sabemos en qué tenemos que hacer a la hora de contratar un préstamo personal? 

Primer paso: ¿qué necesito?

Si necesitamos financiación, lo primero que debemos hacer es analizar nuestras necesidades de liquidez. Preguntas como “cuánto dinero necesitamos” o “cuánto podemos pagar cada mes” son básicas antes de firmar cualquier contrato de préstamo. No deberíamos dedicar más del 35 o 40 % de nuestros ingresos a satisfacer una deuda, por lo que es importante analizar qué cantidad de endeudamiento podemos llegar a sorportar y no hay que pedir más dinero de la cuenta, ya que los intereses se pagarán sobre el total, por lo que cuanto más dinero solicitemos, más cara resultará la operación.  

Segundo paso: ronda de reconocimiento

Antes de firmar, deberíamos dedicar cierto tiempo a comparar las distintas ofertas que hay en el mercado. No hay que dejarse llevar por la primera propuesta que veamos, por muy atractiva que sea, sin compararla antes con las ofertas del resto de los bancos. En este sentido, el comparador de préstamos HelpMyCash.com recomienda “utilizar un comparador de productos financieros que nos permita rápidamente conocer cuáles son las mejores opciones del mercado sin necesidad de acudir uno por uno a todos los bancos”. Lógicamente, podemos recopilar también información in situ, acudiendo a las oficinas, o a través de la web de los bancos. 

Es importante tener en mente todas las opciones que nos ofrece el mercado, desde los minicréditos online, pensados para afrontar imprevistos y que permiten conseguir hasta 1.200 euros en minutos a través de Internet, hasta los préstamos personales online o los créditos tradicionales de la banca de toda la vida.

Tercer paso: examinar las distintas ofertas

Aunque el tipo de interés suele ser nuestra principal preocupación, no hay que obsesionarse con este punto. Lógicamente, cuanto menor sea el interés nominal del crédito, menos intereses devengará el dinero prestado a favor del banco. Pero hay muchos otros puntos que encarecen el coste final y que no hay que pasar por alto. El mayor ejemplo son las comisiones. 
Los gastos de apertura y de estudio pueden suponer un desembolso inicial considerable, así que cuanto más bajos sean, mejor. Otra comisión que es recomendable evitar es la de amortización anticipada, ya que aceptarla implica tener que pagar un coste extra cada vez que se avanza una cuota o si se intenta cancelar el préstamo anticipadamente. Lo ideal es que el préstamo esté exento de esas tres comisiones. 

Por lo general, los préstamos personales online no suelen tener comisiones. Por ejemplo, el Crédito Proyecto de Cofidis, que permite conseguir hasta 15.000 euros a 6 años, no tiene comisiones de ningún tipo ni exige la cotratación de productos vinculados. Su principal ventaja es que no requiere cambiar de banco. El tipo de interés de partida es del 4,95 % y la TAE mínima, del 5,06 %. Al igual que Cofidis, el Préstamo Personal de Cetelem tampoco tiene comisiones de estudio ni de apertura y no requiere ni nómina ni cambiar de banco. No es obligatorio la contratacion de ningún seguro. Permite consegur hasta 30.000 euros a 8 años desde el 6,95 % TIN (TAE mínima del 7,18%).

Otro ejemplo sería el Préstamo Naranja de ING Direct que no incluye gastos extra y, además, no requiere domiciliar la nómina ni exige la contratación de un seguro. Tiene un tipo de interés del 6,95 % (7,18 % TAE) y permite conseguir hasta 40.000 euros a 7 años.

Otro aspecto importante son los productos vinculados y, en especial, los seguros. Son muchas las entidades que nos exigirán  dar de alta un seguro, normalmente de vida o de protección de pagos, para contratar un préstamo. Sin embargo, un seguro puede encarecer el préstamo considerablemente. Dependiendo del tipo de póliza y del perfil del cliente, la prima del seguro puede costar desde unos pocos euros anuales hasta varios cientos. 

También es habitual encontrarse bancos en los que, si bien no obligan a contratar productos y servicios vinculados, ofrecen condiciones más ventajosas en los préstamos para los clientes que sí lo hagan, normalmente una reducción en el tipo de interés. Como ocurre con las comisiones, lo ideal es no tener que contratar ningún producto que no necesitemos y, en caso de que nos los ofrezcan para rebajar el interés del préstamo, comparar qué sale más a cuenta. 

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