La letra pequeña de tu tarjeta de crédito
La ‘letra pequeña’ de tu tarjeta de
crédito puede encarecer tus otros productos bancarios
Las tarjetas de crédito son uno de los productos más
populares entre los consumidores españoles, pues además de aportarnos muchas
ventajas (descuentos en las compras, seguros gratuitos, etc.), también nos
permiten reducir el coste de las cuentas corrientes, de los préstamos y hasta de las hipotecas. No obstante, como
apuntan desde el comparador de tarjetas HelpMyCash.com,
siempre debemos ser cuidadosos con las
bonificaciones que podemos obtener por la contratación de un plástico, pues
pueden desaparecer si no cumplimos ciertas condiciones ocultas dentro de la
“letra pequeña”.
Bonificaciones
condicionadas a un uso mínimo anual
Esto lo vemos, por ejemplo, en los préstamos personales y en
los hipotecarios, cuyo interés aplicado se puede reducir en muchas ocasiones a
cambio de contratar una tarjeta de crédito. Sin embargo, esta bonificación suele estar condicionada al cumplimiento de un
requisito adicional: hacer un mínimo de operaciones al año con el plástico
o gastarse una cantidad de dinero determinada en un período de tres, seis o
doce meses.
En estos casos, si no
cumplimos las condiciones de vinculación de la tarjeta, el banco incrementará
el tipo de interés de nuestro préstamo o de nuestra hipoteca cuando realice
la revisión anual de requisitos, lo que encarecerá el precio de las cuotas y de
la financiación. Dicho de otro modo, si nos han otorgado un préstamo al 5 % a
cambio de adquirir una tarjeta con un consumo mínimo anual de 2.000 euros y no
alcanzamos esa cifra, al año siguiente se nos aplicará un interés más alto.
Lo mismo suele ocurrir con las condiciones de la cuenta
vinculada a la tarjeta de crédito. Muchas
cuentas no tienen comisiones de mantenimiento si, a cambio, domiciliamos
nuestros ingresos y recibos y usamos un mínimo de veces una tarjeta de débito o
de crédito. Por tanto, si no cumplimos cualquiera de estos requisitos,
deberemos pagar la correspondiente cuota de mantenimiento de la cuenta asociada
a la tarjeta.
Cuidado con
la ‘letra pequeña’ de las tarjetas gratuitas
Además, el precio de
la propia tarjeta de crédito también puede encarecerse por culpa de la “letra
pequeña” del contrato del plástico. Por ejemplo, muchos de estos productos
no tienen cuota de emisión o de mantenimiento si se cumplen unas condiciones
determinadas, así que en caso de no cumplirlas se nos cobrarán las comisiones
anuales que correspondan. Asimismo, en algunas ocasiones es posible que nuestra
tarjeta solo sea gratis durante el primer año y que, pasado ese tiempo,
tengamos que abonar la cuota de mantenimiento.
Por todo esto, es muy
importante que nos leamos detenidamente las condiciones de la tarjeta de
crédito y nos aseguremos, antes de contratarla, de que podremos cumplir
todos los requisitos requeridos. En caso de no ser así, es posible que nos
convenga contratar otros productos como, por ejemplo, la Tarjeta Oro de WiZink
o la Tarjeta Platinum de bankintercard, que son gratuitas año tras año y cuyas
ventajas no están condicionadas al cumplimiento de ningún requisito
oculto.