Los millennials y las tarjetas de crédito
Los
‘millennials’ huyen de las tarjetas de crédito
Los millennials, ese grupo de personas
que nacieron entre 1980 y 1995, conocidos como los nativos digitales y que en 2030 supondrán un 75 % de la fuerza laboral
mundial, no quieren tener tarjetas de crédito. Criados con las dificultades
económicas de la crisis que comenzó en 2008 y conscientes de la fragilidad de
la estabilidad laboral, la Generación Y rehúye del endeudamiento con estos
plásticos. Así lo indica un estudio de Bankrate, que asegura que el 67 % de los jóvenes estadounidenses de
entre 18 y 29 años no tienen tarjetas de crédito y la principal razón es el
miedo a endeudarse con ellas.
En nuestro país parece que seguimos la misma tendencia señalada
por el estudio de Bankrate, ya que las compras con las tarjetas de débito
siguen triunfando. De hecho, mientras que el 67,6 % de los españoles cuenta con
uno de estos plásticos, solo el 20,3 %
de los ciudadanos cuenta con una tarjeta de crédito según el “Barómetro de tarjetas” de
MasterCard. Pero ¿por qué hay tanto miedo a las tarjetas de crédito? El comparador
financiero HelpMyCash.com nos explica cuáles son los potenciales peligros de
las tarjetas de crédito y las claves para utilizarlas de manera responsable.
Cómo
perderle el miedo a las tarjetas de crédito
Estos plásticos son una gran herramienta para dividir
diferentes gastos en varios meses. El principal peligro que tienen es que se puede abusar de ese dinero fácil al que
tenemos disposición y acabar gastando de más, ya que no vemos físicamente
el capital que estamos utilizando. Además, al poder devolverlo en pequeñas y cómodas cuotas mensuales no nos hace
conscientes de lo que en realidad estamos pagando. Una mensualidad pequeña
hará que el plazo se alargue eternamente y que, consecuentemente, los intereses
aumenten.
Afortunadamente estos “peligros” no están fuera de nuestro
control y aplicando pequeños trucos y
hábitos de consumo responsables las tarjetas de crédito pueden convertirse
en nuestra herramienta de financiación más útil.
Lo primero que debemos tener en cuenta para usar las
tarjetas de crédito correctamente es saber diferenciar los gastos que podemos pagar al momento con una tarjeta de débito con el
saldo de nuestra cuenta y los gastos más altos – y también más puntuales – para
los que necesitamos una ayuda económica, los que pagaremos a crédito.
Dentro de los gastos más altos para los que utilizaremos la
tarjeta debemos distinguir entre los que preferimos pagar en un único pago al comienzo del mes siguiente, cuando
recibamos la nómina, o los que preferimos dividir y pagar en cuotas mensuales.
Para dividir los
pagos en cuotas mensuales antes de realizar la compra debemos escoger la
forma de devolución que más nos conviene para adaptar la tarjeta a la finalidad
del momento. De esta manera nos obligamos a
calcular cuánto podemos pagar cada mes y acomodar el plazo a la mensualidad.
Realizar una simulación de cuánto nos costará en total financiar un pago en
concreto según la cantidad y el plazo que escojamos nos ayudará a ahorrar en
intereses.
En conclusión, siempre
que las utilicemos para gastos puntuales que no podamos abonar de nuestra
cuenta corriente y calculando de
antemano cuánto pagaremos cada mes y el total al que ascenderá la deuda,
las tarjetas de crédito son un gran aliado para permitirnos conseguir un extra
de liquidez.