Los ahorros se van de los depósitos a las cuentas
Los hogares
no dan tregua a los depósitos y se llevan su dinero a las cuentas
Los depósitos a plazo fijo siguen en caída libre. Por un
lado, la banca continúa empeñada en
rebajar su rentabilidad, que se acerca al temido 0 %. Algunas entidades,
incluso, han sacado su varita mágica y los han hecho desaparecer de su catálogo
de productos. Por el otro, los ahorradores cuyos depósitos han ido venciendo
han decidido migrar su dinero hacia las cuentas a la vista, señalan desde el comparador de depósitos y cuentas HelpMyCash.com.
¿Qué ha
pasado con los depósitos a plazo fijo?
2008 fue el mejor año para los clientes ávidos de tipos de
interés atractivos. Durante esa época, las
rentabilidades medias se situaron por encima del 4 %, incluso llegaron a
superar el 5 % en octubre de ese mismo año. Nueve años después, la remuneración
de este clásico del ahorro se encuentra en el 0,11 % de media y la cercanía del
0 % empieza a preocupar a los ahorradores. ¿A qué se debe el descalabro de los
depósitos?
La rebaja de los tipos de interés oficiales al 0 % tiene
mucho que ver. Una situación que ha propiciado que los bancos puedan
financiarse gratis en el BCE, por lo que la posibilidad de pagar tipos de
interés atractivos a los ahorradores por su dinero se ha desvanecido. Por otra
parte, la banca ahora paga caro el
exceso de liquidez, ya que debe abonar una tasa negativa del menos 0,40 por
el dinero que acumula en las arcas del banco central.
Además, la reducción de la rentabilidad de los bancos ha
provocado que tengan que buscar nuevas estrategia para aumentar sus ingresos,
por ejemplo, aumentar las comisiones o guiar a sus clientes hacia productos más
rentables como los fondos de inversión o los seguros de ahorro, en detrimento
de los plazos fijos.
Las cuentas
corrientes, las grandes beneficiadas
Ante tal coyuntura, las familias no se han quedado con los
brazos cruzados. El trasvase del ahorro de los depósitos a las cuentas a la
vista no ha cesado durante los últimos años. Al cierre de 2016, el saldo de las cuentas había aumentado en
un 66,5 % con respecto a 2011, alrededor de 200 mil millones extra. Durante
el mismo período, el saldo vivo de los depósitos había caído en 160 mil
millones.
Lo cierto es que ante las rentabilidades raquíticas de los
depósitos, los ahorradores han preferido la flexibilidad y la disponibilidad de
las cuentas a la vista que, en ocasiones, incluso ofrecen más
rentabilidad que los depósitos. Conscientes de las posibilidades que
ofrecen las cuentas, los bancos se han esforzado en hacerlas más atractivas a
la par que más rentables para ellos. Gracias a las cuentas corrientes, los
clientes pueden beneficiarse de rentabilidades muy atractivas (hasta un 5 %
TAE), así como de ventajas extra tales como la bonificación de recibos o
descuentos en comercios. A cambio, la banca ha impuesto sus condiciones:
requisitos de vinculación que aseguran mensualmente la entrada de haberes
regulares, comisiones en algunos casos, importes máximos remunerables
relativamente bajos, que garantizan a la entidad un desembolso de intereses
controlado, etc.
¿Entonces, valen la pena? Si las condiciones de vinculación
de las cuentas no son excesivas y se pueden cumplir sin dificultades, y el producto
está exento de comisiones o las ventajas las compensan, las cuentas pueden ser un refugio para el ahorrador conservador que
podrá obtener ventajas atractivas y una rentabilidad elevada para una parte de
su dinero.