jueves, 13 de abril de 2017

Deudas Vs. Ingresos familiares

Cómo lograr que tus deudas no acaben con tus ingresos
Somos muchos los que al final de cada mes empezamos a torturarnos al pensar en todos los gastos que tendremos que afrontar, más aún si tenemos deudas pendientes. Por ejemplo, un préstamo personal vigente, las cuotas mensuales de la tarjeta de crédito, las facturas de los servicios del hogar atrasadas, la hipoteca, etc.
En esos momentos, lo que más nos puede preocupar es si nuestros ingresos serán suficientemente elevados como para pagar las cuotas de nuestros créditos y el resto de las deudas que tengamos pendientes y, por supuesto, si dispondremos del capital suficiente para afrontar nuestros gastos cotidianos.
Por este motivo, si tenemos demasiadas deudas pendientes que hacen que cada mes tengamos que pagar un importe muy elevado, una opción a la que podemos recurrir es la reunificación de deudas.
¿Cuáles son los beneficios de solicitar una reunificación de deudas?
El principal motivo por el que podemos decantarnos por solicitar una reunificación de deudas es para reducir la cuota mensual (total) que pagamos por todas nuestras deudas y, en consecuencia, alargar su plazo. De hecho, según los cálculos realizados por la Agencia Negociadora, con una reagrupación de deudas podemos llegar a pagar hasta un 80 % menos en cada cuota.
Generalmente, cuando solicitamos este servicio una entidad financiera (por ejemplo, nuestro banco) cancelará todas nuestras deudas y emitirá un nuevo préstamo con el importe adeudado y un plazo mucho más elevado. De esta manera y como indican desde el comparador de préstamos HelpMyCash, terminaremos pagando un importe final mayor, ya que se generarán más intereses, pero, a cambio, podremos disfrutar de cuotas con un importe mucho más reducido.
Al fin y al cabo, es más importante asegurarnos de poder hacer frente a todas nuestras deudas sin que esto afecte a nuestra situación económica, aunque el precio del crédito aumente.
No obstante, debemos tener en cuenta que para obtener este servicio, lo más probable es que nos exijan que presentemos una garantía de pago, que suele ser una vivienda en propiedad. Por lo que el producto crediticio al que nos referimos, en este caso, son los préstamos con garantía hipotecaria.
Préstamos con garantía hipotecaria, un arma de doble filo
Ya hemos comentado cuáles son las ventajas de solicitar préstamos con garantía hipotecaria para reunificar todas nuestras deudas. Sin embargo, es fundamental que sepamos a qué nos arriesgamos si decidimos pedir uno de estos productos.
En primer lugar, suelen tener un interés más elevado que los préstamos personales, normalmente incluyen comisiones y otros gastos que pueden aumentar su precio considerablemente y, finalmente, si incurrimos en algún impago o no cumplimos con alguna de las condiciones del contrato, correremos el riesgo de perder nuestra vivienda.
Por este motivo y porque al final terminaremos pagando más dinero por nuestras deudas, pero en un plazo de tiempo mayor, debemos sopesar cuál será la mejor decisión y tomarla en base a un presupuesto y cálculos previsores que hayamos realizado de cara a afrontar la situación en la que nos encontremos.

En cualquier caso, cabe destacar la justificación que hace BBVA acerca de las condiciones que integran estos préstamos afirmando que, “como es lógico, si se debe pagar una cantidad determinada y se reduce la aportación mensual, es normal que aumente el número de plazos, y por tanto que sea mayor la cuantía de capital dedicada al pago de intereses. Además, la reestructuración de la deuda tiene unos costes asociados derivados”.

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