Financiación para desempleados
Los 3 tipos de créditos a los que aferrarnos si estamos
desempleados
Estar parado además de generar la sensación de que es muy complicado
conseguir un nuevo puesto de trabajo, también invita a que pensemos que resulta
realmente complejo conseguir financiación. Sea cual sea nuestro objetivo o el
proyecto que queramos llevar a cabo, podemos pensar que el cartel de “parado”
convierte en nulas nuestras posibilidades de conseguir liquidez. Sin embargo,
en la actualidad el panorama financiero es muy
diferente al de hace unos pocos años, en parte gracias a los prestamistas
privados que han llegado a nuestro país en los últimos tiempos.
Sí es cierto que, estando desempleado, ningún banco nos concederá un
préstamo. Tampoco todos los prestamistas privados lo harán, ya que nuestro
perfil es arriesgado también a ojos de este tipo de entidades. No obstante,
si estamos cobrando una prestación porque hemos
perdido nuestro puesto de trabajo hace poco tiempo, podremos conseguir más de un
tipo de crédito e, incluso, tendremos posibilidades de dar un giro a
nuestra vida laboral si sabemos gestionarnos.
Créditos rápidos para
tus imprevistos
La mayoría de entidades a las que podemos recurrir si estamos sin un empleo y
cobrando una prestación son prestamistas privados que ofrecen créditos rápidos. Estos productos
destacan por su alta velocidad tanto en el plazo de solicitud como en el de
concesión y porque suelen pedir muy pocos documentos y unos requisitos de lo más
laxos. De hecho, para conseguirlos bastará con que:
- Seamos mayores de edad y residentes en España.
- Demostremos que tenemos unos ingresos regulares y suficientes como puede ser la prestación que estamos recibiendo durante los primeros meses de paro.
- Facilitemos una cuenta bancaria propia.
Con estos préstamos urgentes podremos disfrutar de dinero en nuestra cuenta
en muy pocos minutos para hacer frente a cualquier problema financiero del día a
día. Eso sí, estos créditos rápidos los tendremos que reembolsar en plazos que
no irán más allá de los 30 días.
Préstamos urgentes de
mayor envergadura
Aunque la mayoría de empresas de capital privado han optado por lanzarse al
mundo de los minicréditos, también hay varios
prestamistas que se sitúan entre estos productos y los préstamos
bancarios. Ofrecen importes más elevados que rondan los 4.000 €, en poco
tiempo y con plazos de pocos años. También destacan por la flexibilidad de
requisitos y las condiciones, en general, serán las mismas que las que exigen
las empresas de minicréditos.
Con este tipo de préstamos, podemos llevar a
cabo proyectos de mayor envergadura, incluso estando en paro. No
obstante, también podemos encontrarnos con prestamistas que nos rechacen por no
ser un perfil excesivamente solvente, a su modo de ver.
Créditos con garantía
hipotecaria
Si estamos sin trabajo y siempre y cuando cobremos una prestación por
desempleo, tendremos abierta una tercera posibilidad:
los créditos con garantía hipotecaria. Con este tipo de préstamos podremos
conseguir importes muy elevados que rondan los 500.000 € aunque tendremos que
poner un inmueble como garantía de pago.
Estos préstamos, también concedidos por prestamistas privados, pueden ser una buena opción si queremos, por ejemplo,
iniciar un negocio propio y necesitamos realizar una inversión inicial muy
elevada. Además, en algunos casos ofrecen la posibilidad de solicitar
carencias (nos permiten no pagar durante unos meses los intereses o tanto los
intereses como el capital) lo que nos dará algo más de tiempo para reunir dinero
y pagar las cuotas. Sin embargo, no debemos
olvidar que si no pagamos perderemos el inmueble, el cual en muchos casos
puede ser la vivienda en la que vivimos.