miércoles, 26 de octubre de 2016

Financiación para desempleados

Los 3 tipos de créditos a los que aferrarnos si estamos desempleados

Estar parado además de generar la sensación de que es muy complicado conseguir un nuevo puesto de trabajo, también invita a que pensemos que resulta realmente complejo conseguir financiación. Sea cual sea nuestro objetivo o el proyecto que queramos llevar a cabo, podemos pensar que el cartel de “parado” convierte en nulas nuestras posibilidades de conseguir liquidez. Sin embargo, en la actualidad el panorama financiero es muy diferente al de hace unos pocos años, en parte gracias a los prestamistas privados que han llegado a nuestro país en los últimos tiempos.

Sí es cierto que, estando desempleado, ningún banco nos concederá un préstamo. Tampoco todos los prestamistas privados lo harán, ya que nuestro perfil es arriesgado también a ojos de este tipo de entidades. No obstante, si estamos cobrando una prestación porque hemos perdido nuestro puesto de trabajo hace poco tiempo, podremos conseguir más de un tipo de crédito e, incluso, tendremos posibilidades de dar un giro a nuestra vida laboral si sabemos gestionarnos.

Créditos rápidos para tus imprevistos

La mayoría de entidades a las que podemos recurrir si estamos sin un empleo y cobrando una prestación son prestamistas privados que ofrecen créditos rápidos. Estos productos destacan por su alta velocidad tanto en el plazo de solicitud como en el de concesión y porque suelen pedir muy pocos documentos y unos requisitos de lo más laxos.  De hecho, para conseguirlos bastará con que:
  • Seamos mayores de edad y residentes en España.
  • Demostremos que tenemos unos ingresos regulares y suficientes como puede ser la prestación que estamos recibiendo durante los primeros meses de paro.
  • Facilitemos una cuenta bancaria propia.
Con estos préstamos urgentes podremos disfrutar de dinero en nuestra cuenta en muy pocos minutos para hacer frente a cualquier problema financiero del día a día. Eso sí, estos créditos rápidos los tendremos que reembolsar en plazos que no irán más allá de los 30 días.

Préstamos urgentes de mayor envergadura

Aunque la mayoría de empresas de capital privado han optado por lanzarse al mundo de los minicréditos, también hay varios prestamistas que se sitúan entre estos productos y los préstamos bancarios. Ofrecen importes más elevados que rondan los 4.000 €, en poco tiempo y con plazos de pocos años. También destacan por la flexibilidad de requisitos y las condiciones, en general, serán las mismas que las que exigen las empresas de minicréditos.

Con este tipo de préstamos, podemos llevar a cabo proyectos de mayor envergadura, incluso estando en paro. No obstante, también podemos encontrarnos con prestamistas que nos rechacen por no ser un perfil excesivamente solvente, a su modo de ver.

Créditos con garantía hipotecaria

Si estamos sin trabajo y siempre y cuando cobremos una prestación por desempleo, tendremos abierta una tercera posibilidad: los créditos con garantía hipotecaria. Con este tipo de préstamos podremos conseguir importes muy elevados que rondan los 500.000 € aunque tendremos que poner un inmueble como garantía de pago.


Estos préstamos, también concedidos por prestamistas privados, pueden ser una buena opción si queremos, por ejemplo, iniciar un negocio propio y necesitamos realizar una inversión inicial muy elevada. Además, en algunos casos ofrecen la posibilidad de solicitar carencias (nos permiten no pagar durante unos meses los intereses o tanto los intereses como el capital) lo que nos dará algo más de tiempo para reunir dinero y pagar las cuotas. Sin embargo, no debemos olvidar que si no pagamos perderemos el inmueble, el cual en muchos casos puede ser la vivienda en la que vivimos.

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